El marido de esta rubia viciosa está a punto de que le de un colapso; y es que tiene que reconocer que su esposa lo tiene al límite de su resistencia. Joder, siempre fue una mujer fogosa a la que le encantaba follar; pero es que ahora, casi a punto de ser menopaúsica, parece que fuera una adicta al sexo. La tía no se corta en llamarlo al trabajo y exigirle que vaya de inmediato a casa, donde ella ya se está masturbando como una loca. Sabe que si no aparece allí pronto, luego lo castigará toda la noche follándola, y por la mañana será un despojo. Y si no, la muy zorra es capaz de buscarse un amante…