Pues desde luego no parece que esta zorra tetona ande muy arrepentida de ponerle los cuernos a su marido, la verdad. Hay que decir que es la primera vez, nunca hasta ahora había salido de picos pardos, ni había invitado a otro a su casa. Pero tras una buena pelea con su marido, después de enterarse que era una casada cornuda, le ha hecho pagarle con la misma moneda. Y ahí la tienes, usando sus tetas gordas para una paja cubana con este amante provisional, que está alucinado. Porque la madurita es muy guarra, y está deseando meterle la polla, además de entre las tetas, en su coño peludo.