Operarse los pechos le ha costado a esta mujer casada una buena cantidad de pasta, que por supuesto ha pagado su marido. Es lo justo, piensa ella, pues va a ser el que más las va a disfrutar, ya que le encantan los pechos grandes; lo que  no imagina es la razón que tiene, y las intenciones de él de usarlas y disfrutarlas al máximo. Así que en cuanto el médico dio el visto bueno, allí que fue a desnudar a su esposa madurita, dejándole las tetazas al aire; quería comprobar si era un buen trabajo con sus manos y su boca. Una obra de arte, sí señor, aunque al final fue su coño empapado lo que en realidad lo volvió loco.