Para tirarse a estas dos amigas y vecinas milfs siempre es buen momento, porque ellas siempre tienen sus piernas y sus coños abiertos. Nunca se han casado, y han hecho bien, o sus maridos serían los cornudos más grandes de toda la historia. Por suerte, decidieron quedarse solteras, y ahora, unas maduras liberales muy putas y cachondas, pero en fin, libres para gozar con maromos de polla grande como este negro.