Ya se sabe que en las cenas de empresa navideñas se producen el mayor número de infidelidades de todo el año; y también se producen los más extraños compañeros de cama. En este caso, se veía venir, porque la madura pelirroja no dejaba de echarle los tejos a su nuevo secretario; aunque claro, en la oficina se cortaba un poco. Sin embargo, en la cena de Navidad decidió soltarse la melena, tanto literal como figuradamente. La madura borracha necesitaba que alguien la llevara a casa, y como no se había separado del negro cachas, el secretario se vio obligado a acompañarla. Pero aunque había tomado copas, la zorra no estaba tan ebria como parecía; era una treta para llevarse a su casa al chico, y allí no perdió el tiempo para follarlo.