Durante muchos años esta señora mayor fue una secretaria de dirección que pasaba largas jornadas en su trabajo; ahora, ya jubilada, y cuando debería estar disfrutando de un merecido descanso, resulta que se aburre, y no puede evitar recordar lo bien que se lo pasaba en el trabajo cuando llegaba la hora del descanso, y para desestresarse tenía intensas sesiones de masturbación. Ahora no tiene necesidad de esperar a ese momento, puede aliviarse el coño cada vez que le apetezca, pero la excita mucho más si se viste con su antigua ropa de secretaria, mientras penetra su coño peludo con toda una serie de consoladores.