Esta cuarentona lleva muchos años dedicándose a la enseñanza, sobre todo en ciclos superiores, y se las sabe todas a la hora de tratar con sus alumnos. Tiene claro que estos jóvenes están en una edad muy mala en la que algunas asignaturas se les hace cuesta arriba, porque no despiertan su interés. Sin embargo, la naturaleza le ha regalado un par de tetazas importante, y la sabiduría y experiencia para usarlas ya las pone ella. No hay duda de que es un cebo perfecto para atraer a sus alumnos menos aplicados; porque en cuanto los chicos las tocan y dejan que se las metan en la boca, ya los tiene atrapados en sus redes.