Seguro que este chaval no es el único que tiene obsesión y fijación por los coños de las mujeres viejas, de hecho si estás aquí es porque te sientes identificado con él. Fijaos hasta qué punto le gusta el chocho de una mujer mayor que prefiere en ocasiones simplemente admirarlo o masturbarlo a follárselo. Lo que hizo en este caso fue decirle a la vieja que se abriera de piernas para ver en primer plano el gran chochote que tenía. Nos podemos hacer una idea de cómo acabaron sus calzoncillos después de lo que vio con sus propios ojos… ¡llenos de corrida!.