Garganta profunda a una mujer sesentona
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Esta puta cincuentona aprovecha la visita de un amigo de su marido para ponerle los cuernos de mala manera. Y es que la tía no se lo piensa, lo ha recibido casi desnuda, mostrando descaradamente sus tetas gordas. El viejo no tenía muy claro si la zorra se estaba insinuando o no, y mucho menos cuando le preguntó desde cuándo conocía a su esposo y si tenían mucha relación. Pero lo que ella quería era evitar que el muy desgraciado cornudo se enterase; cuando supo que se habían encontrado por casualidad y que la amistad no era muy profunda, entonces se abrió de piernas para que le follara su coño maduro.