No hay nada que rejuvenezca más a una mujer mayor que una buena polla joven, dura y vigorosa. Ni pastillas, ni psicólogos ni hostias, un buen rabo es lo que necesitarían muchas viejas que dicen estar depresivas xd. A esta abuelita le encanta celebrar la fiesta de Halloween, pero no por la fiesta en sí, sino porque atrae a los vecinos jovencitos veintañeros con su decoración. El caso es que uno de los chicos de su barrio se ofreció a ayudarla porque pensaba que la mujer estaba muy mayor para hacer ciertas cosas. Puede que fuera sí, pero en cuanto esa zorra se baja las bragas se le quitan los dolores pero rápido.