Tres geishas maduras para unos empresarios
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Menuda cara de gilipollas se le quedó al tío cuando esa señora le puso las tetas en los hombros, pero realmente esperaba que sucediera algo así porque era un vendedor a domicilio de productos afrodisíacos y los efectos eran inmediatos. Concretamente le quería vender a la vieja un aceite que le ponía firme los pechos, lo que pasa es que en contacto con la piel también las ponía cachondas y la cosa funcionó al instante. También es cierto que esa abuela parecía estar muy salida y fuera o no verdad que el aceite hizo su efecto, el caso es que al final consiguió su objetivo y es el de follarse a otra vejestoria.