Así se las gasta la esposa del embajador filipino
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Por mucho que lo hubiera intentado, este pipiolo no hubiera podido resistirse a las dos grandes tetas de esta mujer madura, aunque sabe que esta follada no estaba bien. Pero qué podía hacer, estaba de visita en casa de un amigo, y su madre macizorra se empeñó en que iban a echar un polvo. Lo acosó en la cocina muy temprano, cuando no sabía que una tía podía estar tan caliente. Y allí mismo le dejó muy claro lo que quería, restregando sus tetazas por su cara y abriéndose de piernas sobre la encimera.