Pues no, el marido de esta rubia tetona no sabe lo que se pierde porque cualquiera haría «buen caldo» con esta gallina vieja… La mujer se cansó hace tiempo de que a su esposo no se levantara y que solo funcionara cuando se tomaba la pastilla, así que se buscó la vida por su cuenta y rara es la semana que no se folla a un hombre joven y fuerte en su tienda de ropa. En cuanto llegan las 8 de la tarde cierra la persiana y a puerta cerrada da rienda suelta a todas esas cosas tan sucias que se le pasan por la cabeza.